15 febrero 2009
04 febrero 2009
Su árbol
Todo el mundo decía que ese árbol estaba seco,
pero por una extraña razón, cada vez que Claudia subia a jugar,
crecía un poquito mas y si era un día de carcajadas una nueva flor florecia.
Claudia llegó por casualidad, no estaba cerca de su casa, pero cuando lo vió
por primera vez, supo que ese, era su árbol.
Buscó una cuerda y una tabla de madera
y comenzó a columpiarse.
Cual fué su sorpresa, que al parar de balancearse, notó que algo le empujaba,
con suavidad, pero con la suficiente energía de poder sentir que no estaba sola,
que su árbol, no era un árbol cualquiera, sino un amigo,
su compañero de juegos.
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